La Habana, Cuba. – Cantante, compositor y percusionista, Roberto Faz Monzón poseía un agudo timbre con el que recreó montunos, guarachas, sones y boleros. Le decían La voz de Regla, en honor al poblado habanero donde nació el 18 de septiembre de 1914.

El doctor Carlos González lo detalla bajito, de ojos castaños, mucho pelo, ni grueso ni delgado, sonrisa fácil y le faltaba un dedo en la mano izquierda; agrega que donde se presentaba había lleno total, al ser muy querido.

Integró varias orquestas y se presentó en los más destacados espacios de su época, hasta crear su conjunto y llevar al esplendor con un cantar fluido, callejero y natural, temas como Píntate los labios María, A romper el coco y Comprensión.

El musicólogo Helio Orovio dijo que Roberto Faz, con su peculiar voz, es una de las figuras más completas y aglutinantes que ha conocido nuestra música popular.

Leyenda

El 26 de abril de 1966 falleció Roberto Faz y comenzó la leyenda que lo acompaña hasta hoy: se dice que fue enterrado vivo, el cristal del ataúd rallado al exhumarlo y los restos sin la posición de decúbito supino.

En un ameno trabajo, el periodista Andrés Machado Conte aclara que coinciden el acta pericial policíaca, el certificado de defunción y la nota musicológica, y que el sobrino, Eddy Faz, manifestó que la inundación de la bóveda en el cementerio de Regla podría explicar el movimiento del féretro.

Cita al investigador Juan Gaspar Marrero, quien consultó a una hermana del artista, y ella afirmaba que ya estaba en rigidez cadavérica al vestirlo.

Roberto Faz falleció de derrame cerebral; el doctor Manuel Paniagua, quien firmó el certificado de defunción, señaló una grave hemorragia intraventricular, cianosis y daño incompatible con la vida.