Cuando comienza la segunda semana de análisis y debate del Proyecto de Constitución de la República de Cuba ya se acumula un rico caudal de aportes para aprobar, suprimir o incorporar otros elementos al texto que late en cada palmo de tierra del archipiélago.

Ese volumen cobrará cifras insospechadas a partir de septiembre, con la incorporación a las aulas de los trabajadores de Educación de las diferentes enseñanzas y los demás colectivos laborales, tras el disfrute del verano.

Es tanta la avidez por conocer e interpretar el documento, que la edición de más de un millón dos mil ejemplares del tabloide no satisfizo las expectativas de la población, y hubo que acudir a la digitalización para descargarlo en ese soporte, de modo que hubiera mayor acceso.

El número de opiniones en la consulta popular son considerables, preludio de lo que será la nueva Constitución, que tendrá su aprobación definitiva el año próximo.