La Habana, Cuba. – Cuando preguntaron a Celina González Zamora sobre el secreto de su popularidad como cantante y compositora, la Reina del punto cubano respondió haber sido fiel a sus orígenes y al pueblo que la vio nacer y vivir.

Su voz clara, potente y rítmica atrapó el sentir del campesino y la fuerza de las religiones africanas, y junto al guitarrista Reutilio Domínguez formó por más de 20 años el dúo emblemático que llevó sus nombres.

Como solista o con su hijo Reutilio y el laudista Miguel Ojeda, brilló en teatros, radio, televisión, grabó discos y desafió escenarios de Colombia, Ecuador, Argentina, México, Islas Canarias, España, Estados Unidos, África e Inglaterra.

Celina González nació el 16 de marzo de 1929, en el caserío matancero de La Luisa, pero la familia se asentó en Santiago de Cuba y allí privilegió al guateque en sus estancias.

Que viva Changó

Celina González contó que Santa Bárbara, Changó en la religión yoruba, se le apareció en un sueño y le dijo que copiara lo que iba a dictarle; de ahí, nació la letra y música del tema con que debutó en la radio habanera y la catapultó al triunfo.

Así, ella y Reutilio Domínguez, su compañero en la vida y el arte, compusieron Que viva Changó, una suerte de presentación simbólica que le trascendió y queda hasta hoy como leyenda urbana, como lo es también su célebre Yo soy el punto cubano.

Cantó junto a Benny Moré, Barbarito Diez, Nat King Cole y Pedro Vargas, pero la guajira que triunfó en el mundo, no renunció a sus raíces, aun cuando consideró a Colombia su segunda patria.

Allí, 50 mil personas la aclamaron en solo una noche. Celina González, la diva de los campos cubanos, mereció la Orden Félix Varela por una ineludible defensa a la patria desde la cultura.