En poco más de seis decenios, las relaciones de la República Popular China con América Latina y el Caribe alcanzan la categoría de fundamentales.

Hay que recordar que a la altura del año 1960, cuando incluso el gigante asiático enfrentaba aún la oposición de Washington y sus aliados para acceder a su legítimo puesto en la Organización de Naciones Unidas como único representante del pueblo chino, el naciente estado revolucionario cubano concedió su reconocimiento a Beiyíng.

Esa acción diplomática y política de la Mayor de las Antillas abrió sin dudas las puertas del Sur de nuestro Hemisferio a vínculos cada vez más amplios y mutuamente ventajosos con aquel vasto espacio continental, lo que sin dudas contribuyó, junto a la entereza de su pueblo, a desplazar de la ONU al régimen de Taiwán.

Realidades palpables

Vale subrayar que por estos días el gobierno chino reiteró su intención de trabajar por ampliar y hacer más fructíferos sus lazos con América Latina y el Caribe.

En ese sentido, Beiyíng precisó que en medio de la epidemia de la Covid-19, el presidente Xi Jinpig  mantuvo contacto con los líderes de nuestra región para coordinar la lucha contra el flagelo y promover el desarrollo y la recuperación económica.

Además, China donó más de 34 millones de útiles sanitarios y equipos a naciones de esta área, suministró vacunas y sus científicos compartieron experiencias sobre el enfrentamiento a la enfermedad.

Por demás, en 2020 el intercambio económico-comercial bilateral superó los 300 mil millones de dólares por tercer año consecutivo.