La Habana, Cuba.-  Cuenta la historia de la humanidad con numerosos ejemplos de civilizaciones víctimas del cerco de poderosas supremacías. Hoy y en pleno siglo XXI existe una nación, Cuba, que por más de 50 años enfrenta el bloqueo de la hegemonía más poderosa de todos los tiempos.

La isla, que se ha negado a estar bajo los designios del imperio, enfrenta a lo largo de más media centuria un criminal asedio, que afecta todas las esferas de su vida económica y social.

Una de ellas es la deportiva, cuyo desarrollo es atacado por un adversario que no escatima recursos, e influencias para intentar quebrarle.

Pero ¡que ilógica tozudez!, ¿es que todavía no comprenden nuestra firme determinación de defender el camino que hace más de cinco décadas escogimos por propia voluntad?

Cada medalla, otra victoria

Cientos de hechos ilustran el daño provocado por el bloqueo estadounidense a Cuba, y en específico a su movimiento deportivo en más de 50 años.

Sus tentáculos frenan la participación de especialistas en foros y congresos que se desarrollan en territorio norteño.

También con su poderío, neutralizan la adquisición de equipos e implementos para los atletas de la isla, y hacen casi imposible la compra de materias primas para su industria deportiva.

Otro de los desmanes que provoca el cerco estadounidense hacia Cuba son las trabas impuestas a centros investigativos que no pueden acceder a la compra piezas de repuesto.

Más de medio siglo de agresiones tal vez pudieran desmoronar a algunos no así al movimiento deportivo cubano, que con cada medalla lograda reafirma lo absurdo de la prepotencia imperial.

 

 

 

Etiquetas: -