20 septiembre, 2016
Obama, el bloqueo y la historia
Hay facultades ejecutivas que permitirían al presidente de Estados Unidos convertir al bloqueo en un inmenso queso, agujereado y sin mucho contenido
Algunos llegan a preguntarse si un ataque como el lanzado por Trump contra Cuba hiere o beneficia. Varios ejemplos –entre decenas- ayudan a contestar la interrogante.
Ni siquiera John F. Kennedy calculó el alcance, duración y perfidia de la Proclama presidencial 3447 firmada en el tres de febrero de 1962 para instaurar el bloqueo.
Los llamados Principios de Bandung, que hoy siguen rigiendo el accionar de los No Alineados, son un decálogo para alcanzar un mundo sin guerras.
Las grandes movilizaciones populares en Venezuela bajo el lema de un país en paz, han frenado las intentonas derechistas de sembrar el caos.
Las discusiones en Cuba sobre la Conceptualización del modelo cubano de desarrollo y el Plan de desarrollo hasta 2030 lograron traspasar las fronteras de la reunión partidista al convertirse en textos enriquecidos con las propuestas de representantes de todos los sectores de la sociedad.
El bloqueo que desde hace más de medio siglo impone Washington a nuestro país aparece hoy como el principal obstáculo para resolver las compensaciones mutuas por daños y nacionalizaciones.
Una amplia encuesta del sitio digital financiero WalletHub arroja como resultado que la ciudad de Miami no es aconsejable para tener familia por ser violenta, cara y pobre.
Dolorosos recordatorios son los 3.478 cubanos muertos durante los últimos 57 años por esas acciones agresivas, incluidas la invasión de Playa Girón, y todos los actos terroristas que ha sufrido el país, originados en Estados Unidos.
Del acto suicida contra las dos torres del World Trade Center neoyorquino la derecha norteamericana sacó un combate al terrorismo que pasó a ser el centro de la política exterior e interior de Estados Unidos.