La Habana, Cuba. – Tras controlar una peligrosa crisis sanitaria, devenida pandemia mundial, China ha pasado a ser un factor primordial en el enfrentamiento al nuevo coronavirus en otras partes del planeta.

Primero hubo críticas, por supuesto desde Occidente, cuando las autoridades chinas comenzaron a adoptar medidas en enero luego de la aparición en Wuhan de la Covid-19. El Partido Comunista y el gobierno fueron otra vez satanizados por las estrictas regulaciones aplicadas para limitar el crecimiento exponencial de la epidemia.

Pero más tarde, los mismos que lanzaron esas duras críticas, tuvieron que adoptar similares medidas de control y decretar el aislamiento social forzoso. La vida, o más bien la evolución del nuevo coronavirus, demostró que los chinos tenían razón y ahora hay que apelar a ellos para saber qué hacer.

Ayuda a todos

A pesar de las críticas iniciales que lanzó Occidente, China hoy pone a disposición de todos, no solo la experiencia acumulada en el enfrentamiento a la pandemia, sino recursos materiales y humanos muy necesarios.

Además de brigadas médicas que han trabajado en el extranjero, a veces de conjunto con cubanos y rusos, Beijing donó suministros a varios países europeos, como España e Italia, así como a 23 naciones de América Latina y el Caribe, como Cuba, Argentina y Brasil.

Los que ayer criticaron, ahora hacen lo mismo que antes reprendieron y bien se guardan la lengua. Está demostrado que las enfermedades  no distinguen color de la piel, credos religiosos, filiación política o status económico, y ante esa realidad y sabedora de que la especie humana es una sola, China ayuda a todos y esa es su venganza.