Los cigarros y muchos otros derivados han sido diseñados y comercializados específicamente para mejorar el desarrollo y mantenimiento de la adicción a esos detestables y peligrosos objetos de lucro. Sobre el tema, nuestro espacio dominical conversa con el doctor Alberto Quirantes, Jefe del Servicio de Endocrinología del capitalino Hospital Salvador Allende.
Comenta que en los adictos existen diferentes maneras de auto envenenarse con la nicotina, similar a una “cámara lenta”. Como ejemplo de ello, precisa el Máster en Ciencias, está el fumar cigarrillos o puros, mascar tabaco, así como la inhalación de esa hoja seca a través de la nariz, inhalar el humo de una pipa de agua o los vapores de un cigarrillo electrónico.
Existen otras 4 mil sustancias tóxicas que se inhalan con la nicotina al fumar tabaco.
El camino del mal
El doctor Alberto Quirantes, Jefe del Servicio de Endocrinología del capitalino Hospital Salvador Allende destaca que los principales efectos de la nicotina están en la acción de sus toxinas en el cuerpo humano, entre ellas sus probadas promociones cancerígenas.
Y es que cuando el humo del tabaco llega a las pequeñas vías respiratorias y a los alvéolos de los pulmones, la nicotina se absorbe de manera rápida.
“Aproximadamente el 25 por ciento de la nicotina inhalada cuando se fuma se incorpora al torrente sanguíneo y alcanza el cerebro en 15 segundos”, asegura el doctor Quirantes.
En ese sentido subraya el Máster en Ciencias que aunque la vida media de eliminación de la nicotina es de dos a tres horas, para su total expulsión se requieren de más de 20 horas.
Recorrido mortal
Acerca de la nicotina, el doctor Alberto Quirantes, Jefe del Servicio de Endocrinología del capitalino Hospital Salvador Allende comenta que es considerado un simpático mimético, o sea un liberador de catecolamina, hormonas capaces de aumentar la frecuencia de los latidos del corazón.
También aumenta transitoriamente la presión sanguínea, disminuye la sensibilidad a la insulina pudiendo propiciar o agravar una diabetes mellitus y contribuye a alterar la función de la capa interna de los vasos sanguíneos facilitando una disfunción sexual eréctil.
El doctor Quirantes señala que esos efectos sobre el sistema cardiovascular facilitan la alteroesclerosis y pueden propiciar la isquemia de miembros inferiores o accidentes cerebrovasculares.