La Habana, Cuba. – Un trasatlántico, el mayor y más lujoso de su época, naufragó en su primer viaje, el 14 de abril de 1912, llevándose la gran mayoría de su preciosa carga de personas y objetos de valor al fondo del mar.

La historia del Titanic conmocionó a generaciones y ha sido motivo de inspiración para investigadores y artistas, sobre todo del cine.

El choque con un iceberg al sur de Terranova provocó uno de los peores desastres marítimos en tiempo de paz de la historia: de 2 mil 227 personas a bordo, solo se salvaron 705.

Varias fueron las causas de la tragedia: la oficialidad del buque ignoró los avisos de peligro de iceberg recibidos el día anterior, los botes salvavidas era insuficientes y el representante de la compañía naviera se negó a que el Titanic disminuyera su velocidad.

Terribles consecuencias de las diferencias sociales

El viaje inaugural del Titanic transportaba a la flor y nata de la sociedad británica y estadounidense.

Entre sus más acaudaladas víctimas figuraron John Joseph Ástor, reputado como el hombre más rico del mundo; Benjamin Guggenheim, conocido como el rey del cobre, Isidor Straus, propietario de los mayores almacenes neoyorquinos, y el millonario español Víctor Peñasco.

Un detallado examen de las listas de supervivientes reveló que el factor determinante para sobrevivir no fueron ni la edad ni el sexo, sino la condición social.

De los fallecidos, solo el 8 por ciento eran pasajeros de primera clase, mientras que el 35 por ciento viajaba en tercera. Una expedición franco-americana localizó los restos del Titanic en 1985.

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