Por: Gladys Ramos Leal

La inolvidable actriz China Zorrilla falleció hace 4 años, pero su legado permanece entre los que disfrutamos el cine latinoamericano que nos trae el Festival de cada diciembre.

Concepción Zorrilla de San Martín vivió 92 años, de ellos 49 fueron dedicados al Séptimo Arte. Nació en Uruguay, aunque su carrera fílmica transcurrió mayormente en Argentina.

Los cubanos la recordamos en su trabajo para la comedia «Esperando la carroza», de 1985, bajo la dirección de Alejandro Doria, donde la vimos junto a Luis Brandoni, aunque el andar de esta intérprete por la gran pantalla dio inicio con el título «Un guapo del 900».

En 1984 el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano le había otorgado el premio Coral por su magnífica interpretación de una abnegada enfermera, también para Doria, en «Darse cuenta».

Numerosos lauros

China Zorrilla, además de haber sido una gran actriz, se desempeñó en otras actividades. Ella fue directora, guionista, traductora y productora para teatro y cine, y adaptadora para las imágenes en movimiento.

También ejerció como profesora de francés y eficiente secretaria de una agencia. Además de los galardones mencionados en el minuto anterior, en el año 2008 ella recibió la Orden de las Letras y las Artes, más la Orden Caballero de la Legión de Honor Francesa.

Todo esto sin contar el premio a la mejor actriz en el Festival de Moscú del año 2004, por su impactante trabajo en la cinta «Conversaciones con mamá».

A estos galardones se suman el premio Martín Fierro y el premio Iris, los que obtuvo en 6 ocasiones. Otros lauros no menos importantes que alcanzó China Zorrilla fueron los premios Estrella de Mar y el premio Florencio.

Besos para una gran intérprete

En la amplia filmografía de China Zorrilla encontramos títulos de gran interés como «Pobre mariposa», «Dios los cría», «La nave de los locos», «Mujeres asesinas» y «Elsa y Fred».

En 1996 la cinta «Besos en la frente» levantó airadas protestas en algunos sectores, pues esta actriz protagonizaba entonces la historia de amor y desamor entre cierto aspirante a dramaturgo, encarnado por un muy joven Leonardo Sbaraglia y su anciana mentora.

Esta intérprete que nos ocupa encarnó con desenfado y alguna seducción a la adinerada señora, que no se rendía ante el paso de los años, y cree ver en el muchacho una confirmación de su etapa de esplendor.

Los miembros del jurado supieron valorar el histrionismo, y más que loable desempeño de China Zorrilla, y con esta película recibió el premio Cóndor de Plata.