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La gira que inició este domingo por Europa el presidente chino, Xi Jinping, constituye otra evidencia de la apuesta de su país por «la coexistencia pacífica, y la cooperación de ganancia compartida entre países con diferentes sistemas».

Así lo reconoció el propio Jefe de Estado tras su llegada este domingo a Francia, primera etapa de un periplo que lo llevará también a Serbia y Hungría.

Su estancia en París, luego de la visita que realizó el presidente galo, Enmanuel Macrón a la nación asiática en abril del año pasado, ocurre cuando se cumplen 60 años de nexos bilaterales que este viaje a Francia debe reforzar, mediante la consolidación de «la confianza política mutua, el consenso estratégico y el incremento de los intercambios y la cooperación», puntualizó el máximo dirigente chino en un comunicado. 

Allanando caminos

Observadores especulan que durante la gira europea de Xi Junping, el mandatario chino podría recibir alusiones a las magníficas relaciones de su país con Rusia, nación injustamente castigada por la Unión Europea y Estados Unidos debido al conflicto con Ucrania.

Sin embargo, medios cercanos a Washington apuntan que el viaje es observado desde allí para sopesar, por el contrario, cuánto los países visitados se alejan de la política exterior de la Casa Blanca, que teme y trata de frenar el desarrollo tecnológico de China mediante una guerra comercial que Beijing ha respondido golpe por golpe.

No obstante las posiciones de Macron junto a Whashington en cuanto a la asistencia a Ucrania, el Presidente francés seguirá su línea independiente de buenas relaciones con China, que con este viaje busca mantener la buena salud de los nexos con Occidente.

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