El 24 de junio de 1959 marca una fecha relacionada con el internacionalismo de los cubanos: la caída en combate del primer teniente del Ejército Rebelde Onelio Hernández Taño, con los grados de Comandante del Ejército de Liberación de Nicaragua.

Desde joven despertaron en él los rasgos de rebeldía y espíritu de justicia. Se sumó a la lucha desde que se produjo el golpe de Estado el 10 de marzo de 1952.

Perteneció a la Juventud Obrera Católica y por la inactividad de esa organización se afilió a la Juventud Ortodoxa. Siempre daba el paso al frente para cuantas acciones se planificaban.

El combatiente José Huergo, quien tuvo vínculos estrechos con Onelio, testimonió que «…en los momentos en que tenía aproximadamente 18 años, debía tenerse mucho cuidado, ya que era muy impulsivo, arriesgado y desconocía el miedo».