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La Habana, Cuba. – La seguridad vial, más allá del estado de carreteras, la acción de los agentes y la actitud individual ante las normas de circulación, es un problema relevante para la salud pública, ya que los accidentes de tránsito cobran más vidas que el tabaco, la diabetes, el cáncer o el SIDA.

Cada año se pierden aproximadamente un millón 35 mil vidas como consecuencia de los accidentes de tránsito y datos internacionales refieren que entre 20 y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales, y muchos de estos provocan discapacidad.

Las lesiones causadas por el tránsito implican demás, pérdidas económicas considerables para las personas, sus familias y los países en su conjunto.

Esos atenuantes son consecuencia de los costos del tratamiento y de la pérdida de productividad de las personas.

La prevención en la vía deriva en más salud

Los accidentes de tránsito cuestan a la mayoría de los países el tres por ciento del Producto Interno Bruto.

Y es sabido que las lesiones por accidentes de tránsito son evitables si mantenemos un comportamiento preventivo y consciente en el uso de la vía.

Naciones Unidas insiste en que los gobiernos deben adoptar medidas para abordar la seguridad vial de manera holística, lo que requiere la participación de múltiples sectores, tales como los de transporte, policía, salud y educación, y medidas dirigidas a mejorar la seguridad de las carreteras, los vehículos y los usuarios.

Resulta incongruente que en Cuba, país que dedica tantos esfuerzos en el desarrollo de la vida humana, se cometan negligencias e indisciplinas viales, sabiendo el costo humano y material que arroja hoy un accidente.