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Todo el problema puede expresarse simplemente preguntando: La música, ¿tiene un significado? Mi respuesta sería ‘Sí’. Y ¿Puedes expresar en unas cuantas palabras, ¿cuál es el significado? Mi respuesta a eso, sería ‘No’. Aaron Copland

El concierto de viernes de la sala Argeliers León del Instituto Cubano de la Música, se prestigió este 3 de mayo con la presencia del maestro Cecilio Tieles, el cual en un ambiente casi familiar interpretó obras cubanas de los siglos XIX y XX.

La función se inició con dos piezas del violinista, compositor y director de orquesta cubano Ulpiano Estrada (1777-1847), La pepilla Castro y La Felicita. Seguidamente se ejecutaron cuatro obras del compositor Tomas Buelta y Flores (1796-1851), El camino de hierro, La bella Matilde, El himeneo y La Valentina.

A continuación, el maestro Tieles interpretó seis piezas de la familia Jiménez, músicos del centro del país en el siglo XIX: La delicia, Dos hermanos, Un suspiro, El recuerdo, las ninfas del Yayabo y El triunfo. Le siguió un vals de la compositora Catalina Berroa (1849-1911) dedicado al general de las guerras de independencia Serafín Sánchez. Posteriormente, se escucharon dos danzas cubanas, Pensamiento y La coqueta de José White (1836-1918). Ya casi al final de la velada, se tocó interpretó un popurrí de Nicolás Ruíz Espadero (1832-1890) y para cerrar, tocó el turno a obras de Ernesto Lecuona (1895-1963), las danzas cubanas al estilo del siglo XIX, La primera en la frente, A la antigua y Minstres y las danzas cubanas: Ahí viene el chino y En tres por cuatro.

Una característica del maestro Tieles, que no es común en otros músicos, es que ilustra al público sobre las piezas que interpreta, los autores de estas y los contextos en que surgieron las obras. Ello permite al auditorio ir más allá del disfrute de la música y se gana en conocimientos. Por supuesto, esto solo puede hacerse cuando se tiene una sólida carrera musical y humanística.

Cecilio evidentemente es un profesor completo, no se guarda nada en el tintero, es capaz de trascender el hecho musical y aborda en sus comentarios elementos de la historia y la sociología, convirtiendo al concierto en una charla de amigos.

Tardes como esta permiten decir que evidentemente “La cultura salva”, sobre todo en momentos en que pululan las lentejuelas y la banalidad. Cecilio Tieles va a las raíces de nuestra música y la trae a nuestros días, algo que deberían practicar más artistas.

Una sugerencia a los directivos de las instituciones es que se realice la impresión de programas de la función a presentar para el público. De no ser posible por la carencia de recursos al menos colocar en lugares visibles copias del mismo para que el público asistente pueda tener nociones de las obras que se interpretaran y alguna información adicional de interés. Ya es la norma que no existan programas de mano en las instituciones culturales. El presidente del país, llama constantemente a la cultura del detalle.

La pianística cubana del siglo XIX con la de la metrópoli española, y eso hay que saberlo. No se defiende lo que no se conoce. Gracias maestro, cada concierto suyo, es una clase de cubanía.

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