La Habana, Cuba. – El año 1892 resultó decisivo en el proyecto revolucionario de Martí. La creación del Partido Revolucionario Cubano en abril de ese año, devino fundamental para la Guerra Necesaria que se había propuesto.

Y aunque el plan llamado de La Fernandina se frustró por una delación y se incautaron las tres embarcaciones y los pertrechos en ellos depositados, Martí no se amilanó por ello y reorganizó la guerra en las nuevas condiciones.

Apenas cuatro meses después, el domingo 19 de mayo de 1895, ofrendaba su vida.

Apuntes suyos correspondientes a diferentes lapsos de su existencia y documentos como su Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos, hablan de su quehacer constante para alistar la guerra.

El alma del levantamiento

En su Diario de Campaña, que empezó a escribir el 9 de abril de ese año, ratificaba Martí su disposición de luchar con las armas en la mano.

Antes había escrito a María Mantilla: “Tengo la vida a un lado y la muerte a otro, y un pueblo a las espaldas”.

Aquel 19 de mayo, sabedor de que las tropas españolas andaban cerca del campamento de Dos Ríos, se incorporó presto a la acción, no buscando la muerte, sino cumpliendo con su propio deber, aunque implicara el riesgo de morir. Tres balas lo derribaron de su cabalgadura.

Máximo Gómez, que había llegado a quererlo entrañablemente, expresó: Qué guerra esta! Pensaba yo por la noche, que al lado de un instante de ligero placer, aparece otro de amarguísimo dolor. Ya nos falta el mejor de los compañeros y el alma podemos decir del levantamiento!. 

Su gesto y su Guerra Necesaria

Como había dicho a su entrañable amigo Manuel Mercado, en carta inconclusa que nunca llegó a su destinatario: Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber.

Como expresó Armando Hart: Con su gesto y con su guerra necesaria, cuya victoria hubo de ser mutilada y escamoteada, dejó para el futuro, un ejemplo imperecedero que el Imperio no pudo sacar jamás del corazón de los cubanos.

A Martí nos acercamos con el corazón apretado en cada aniversario de su muerte, cuando su recuerdo nos acompaña a la distancia de la memoria, porque como manifestó Fidel: de él hemos recibido mucho los cubanos de todas las generaciones: sus principios éticos, el honor, la dignidad; la unidad y la confianza; el inspirado patriotismo; el amor a la paz, la justicia y la patria que juntos construimos…”.