La Habana, Cuba. – Resulta sumamente difícil hallar a un cubano genuino, justo y digno que no haya tenido algún tipo de relación o vivencia con ese inmenso universo llamado José Martí.

Su biografía, obra múltiple, el sentido de entrega humanista y emancipador de su existencia, aquel martirologio en momentos primeros de la insurrección, y la posterior proyección de su ejemplo e ideario, han sido fuentes de reflexión, referencias éticas inspiradoras para personas de distintos géneros y creencias, con objetivos inusitados o búsquedas del mejoramiento humano.

Son muchos quienes sienten a Martí como parte de la familia natural, los signos que perfilan caminos hacia el horizonte, e ícono donde lo histórico adquiere trascendencia intemporal y convive entre mitos positivos, cosmogonías románticas y lecciones fundamentales para escalar hacia niveles superiores de progreso, solidaridad y realización armoniosa de tipologías individuales.

Etiquetas: -