Marco Rubio, congresista del estado floridano, se apropió del tema Cuba y otros anexos cercanos, intentando reunir méritos para hacerse Candidato (aunque en Estados Unidos los méritos van al banco).

A Cuba sólo de oídas conoce ese gran bellaco, pero heredó el pensamiento retrógrado y reaccionario de lo más turbio del Norte y el Miami batistiano.

Con semblante de buen chico y con los párpados lánguidos, amenaza con vetar que el sector agropecuario de los Estados Unidos acceda a nuestro mercado.

Son los axiomas de siempre e idénticos postulados del bloqueo que pretende que por hambre nos murámos.

Apréndase bien, Marquito, este viejo corolario: “Quien nace papel gaceta no pasa de sanitario; y el que las hace, las paga, porque jamás olvidamos”.

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