Un día como hoy, hace 150, Camagüey se suma a la lucha independentista con el alzamiento de Las Clavellinas, al llamado de Salvador Cisneros Betancourt.

Con el levantamiento de 78 de sus hijos, entró Camagüey en la guerra contra el colonialismo español, a pocos días de la clarinada de Céspedes, en La Demajagua.

Desde Las Clavellinas, los camagueyanos fueron al ingenio El Cercado, allí juraron la Bandera y eligieron a Jerónimo Boza Agramonte como jefe superior,  y se dividieron en 7 grupos encabezados por Manuel Boza Agramonte, Eduardo Agramonte Piña, Martín Loynaz, Ignacio Mora, José Recio, Francisco Arteaga y Manuel Agramonte.

Dos días después fue el bautismo de fuego en Bonilla, donde 150 cubanos  malamente armados, tendieron una emboscada a las fuerzas de Valmaseda que avanzaban desde Nuevitas, asestando un duro golpe al enemigo.

Agramonte al combate

En Camagüey, la Junta Revolucionaria continuaba sus labores, Salvador Cisneros Betancourt e Ignacio Agramonte, inmersos en el acopio de recursos, se incorporan días más tarde, El Mayor en el ingenio El Oriente, en las inmediaciones de Sibanicú.

Es entonces, como señaló el Comandante en Jefe Fidel Castro, que Agramonte le presta el mayor de los servicios a la Revolución, cuando en la reunión del Paradero de Las Minas, acabó con los cabildeos y las dilaciones humillantes y antepuso la necesidad de proseguir la lucha armada.

Para finales de noviembre de 1868 Camagüey se había declarado en rebeldía, había emprendido el camino de la independencia.

Al año siguiente tuvo lugar la Asamblea de Guáimaro, donde se firmó la primera Constitución de la República de Cuba en Armas, decisivo paso en la formación nacional y en el desarrollo de la conciencia patriótica.