Compartir

Pinar del Río atesora dentro de sus riquezas naturales a la península de Guanahacabibes, Reserva Mundial de la Biosfera y una de las potencialidades que en términos turísticos ostenta la provincia.

La zona extendida de este a oeste, es bañada por el Sol desde temprano hasta que las aguas de Golfo de México en el atardecer lo sumergen, y entonces comienza la vida nocturna de reptiles, moluscos, aves y crustáceos, capaces de interrumpir el tráfico vehicular en determinadas épocas del año.

Un espectáculo realmente atractivo para el visitante de una zona, en cuyo litoral se ubican playas casi vírgenes y algunas de ellas escogidas por las tortugas marinas para el desove después de recorrer miles de kilómetros.

Esos son los ofrecimientos visuales y exclusivos de Guanahacabibes, donde se aboga, como versa un viejo refrán, porque se mire con las manos y se toque con los ojos. 

La Tarea Vida, aliada de Guanahacabibes

Los hombres que laboran en las fincas agroforestales de la Península de Guanahacabibes, junto a los integrantes del Cuerpo de Guardabosques, se dedican también hacer cumplir los propósitos establecidos en el Plan del Estado para el enfrentamiento al Cambio Climático, conocido como Tarea Vida.

Los primeros se encargan de producir alimentos y fomentar el arbolado maderable y de frutales; mientras los guardabosques, además de evitar la ocurrencia de incendios rurales, mantienen la vigilancia de aves como la cotorra.

En Guanahacabibes se busca sostenibilidad y entre las propuestas para corto, mediano y largo plazos están controlar el acceso para evitar la sobre explotación de sus áreas y también establecer cuotas que permitan sufragar esos gastos.

De manera general, es la búsqueda de la perfecta armonía entre el hombre y la naturaleza sin agredir al medio ambiente.