Por: Teresita Jorge

El 13 de junio de 1910 murió en La Habana Fermín Valdés Domínguez, el amigo del alma de José Martí. El patriota, médico y científico tuvo un origen humilde como hijo de la Casa de Beneficencia, en la que fue entregado en adopción, junto con su hermano Eusebio, a los pocos días de nacer.

Fermín, acusado de infidencia por la metrópoli española, al igual que Martí, sufrió prisión.

El joven reinició sus estudios después de cumplir su condena y en 1871 figuró entre los estudiantes de primer año de medicina acusados de profanar la tumba de Gonzalo de Castañón, por lo que fue condenado a 6 años de prisión.

Su ejemplar actitud en aquellos momentos se muestra en el filme Inocencia, del director Alejandro Gil, que ha recibido múltiples premios y los elogios del público y la crítica.

Un amigo incondicional

Condenado a 6 años de prisión por los sucesos que injustamente privaron de la vida a 8 estudiantes de Medicina, Fermín Valdés Domínguez es indultado y deportado a España.

El sufrimiento, lejos de quebrar sus ideales sirvió de acicate en su decisión de demostrar la inocencia de sus hermanos.

En Madrid, mientras se prepara para la carrera de Medicina, Fermín se reúne con José Martí, estudiante por entonces de abogacía. De regreso a su amada Isla, en 1876, Fermín decide reivindicar para la historia la inocencia de los estudiantes fusilados el 27 de noviembre de 1871.

Martí calificó su amistad con Valdés Domínguez de almohada cierta que ha salvado innumerables pruebas.

El alma cubana

José Martí, en una carta que le enviara a Fermín Valdés Domínguez en febrero de 1887, resaltó la labor que éste realizó para demostrar la inocencia de los estudiantes de medicina, fusilados por el régimen colonial español.

En la misiva expresó: Tú has hecho, con singular elevación, lo que acaso nadie más que tú hubiera determinado hacer. Lo has hecho sin pompa y sin odio, como se hacen las cosas verdaderamente grandes. 

El 3 de febrero de 1894 el Héroe Nacional cubano publica en el periódico Patria un trabajo donde volvería a evocar la firme actitud de su amigo, al cual calificó de vengador del bestial crimen del 27 de noviembre de 1871.

Martí dijo de Fermín que fue el criollo indómito y útil en quien, en uno de los momentos más dramáticos y puros de la Isla, encarnó y palpitó el alma cubana.