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La Habana, Cuba. – La gripe es un estado que puede provocar complicaciones, sobre todo en ancianos y niños, en los que ocasiona neumonías, otitis, sinusitis y otras adversidades que ponen en riesgo la salud.

Su capacidad de trasmisión es el principal riesgo del catarro, el cual se adquiere de persona a persona, cuando el individuo enfermo estornuda o tose sin taparse la boca y la nariz, desde donde se expelen saliva, mucosidades o secreciones.

También el contagio se produce cuando se toca algún objeto, superficie o persona contaminados con el patógeno y luego nos rozamos la boca, nariz o los ojos, por donde el virus penetra y enferma.

La gripe invernal, que prolifera en la estación que precisamente transcurre, puede evitarse si se cumplen medidas higiénicas, entre las que el lavado frecuente de las manos es esencial.

Frenar la trasmisibilidad

Las personas contagiadas con la gripe tienen convivientes, que son los familiares, amigos y compañeros de estudio o trabajo, a los que debe proteger de un posible contagio por un virus de elevada trasmisibilidad.

Por eso el enfermo no debe asistir a lugares concurridos, sino procurar recuperarse en casa, guardando reposo y evitar que la enfermedad se transmita.

El hogar debe estar bien ventilado y limpiar con frecuencia las superficies donde hayan podido quedar secreciones. Además, el afectado debe abstenerse de saludar de mano o beso y no escupir en el suelo u otras superficies expuestas al medio ambiente.

Por otra parte, los especialistas recomiendan beber abundantes líquidos, principalmente agua, y si se presenta dificultad para respirar, dolor o ruidos en el pecho, así como fiebre mayor de 38 grados Celsius, se acuda a servicios de urgencias.

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