La Habana, Cuba. – Ocupada formalmente en 1899, Cuba permaneció, de hecho, como un protectorado de Estados Unidos, a pesar de su teórica independencia.
La ley de enmienda redactada por el senador Orville Hitchcock Platt, y aprobada por el Congreso norteamericano como ratificación al proyecto de Ley sobre Apropiaciones del Ejército, colocaba a la Isla a merced del poderoso vecino del Norte.
Bajo el signo de la Enmienda Platt, la cual frustró el esfuerzo independentista cubano, la república popular concebida en el Manifiesto de Montecristi, devino mediatizada, inmediato campo de explotación y medro del naciente imperialismo.
El texto íntegro de la Enmienda fue elevado a la Constituyente cubana el 2 de marzo de 1901, por el gobernador Wood.
Un engendro contra la nación cubana
Inicialmente, la Convención se opuso a la inclusión de la Enmienda como apéndice de la Constitución cubana y sólo otorgó algunas concesiones bajo presión yanqui.
Juan Gualberto Gómez, quien formó parte de la primera Asamblea Constituyente, se negó terminantemente a la puesta en vigor de la Enmienda.
Otro de nuestros próceres que manifestó su disconformidad con sus términos, que desde 1901 concedía a los Estados Unidos autoridad para intervenir en los asuntos internos de Cuba, fue Bartolomé Massó.
Este, quien se presentó como candidato a la presidencia en las elecciones de ese año y fue derrotado por el entreguista Tomás Estrada Palma, se mantuvo firme en sus ataques a la Enmienda. Presionada por los Estados Unidos, la Convención aprobó, finalmente, el humillante documento.
Una República con Enmienda
A través de sus 8 artículos, la Enmienda Platt daba total derecho a los Estados Unidos a intervenir en Cuba.
Lo hizo cuatro veces, la primera en 1906 y la última en el año 34, antes de su abolición. También promovía la adquisición de bases carboneras y navales en el litoral cubano.
En 1903, Estrada Palma y Roosevelt suscribieron un convenio sobre las estaciones carboneras y navales, ocupando, meses después, las tierras arrendadas para el establecimiento de la base naval de la bahía de Guantánamo.
La repulsa contra el grillete que representaba la Enmienda Platt, las protestas por las continuas intervenciones estadounidenses, entre otras razones, provocaron la derogación de la oprobiosa Enmienda, en 1934, aunque sus consecuencias perduran en la Cuba actual.