La Habana, Cuba. – Por solo cinco votos, 16 contra 11, quedó aprobado por la Comisión Constituyente el oneroso apéndice de la Enmienda Platt.

El 12 de junio de 1901 fue la última votación y a pesar de la oposición de Juan Gualberto Gómez y Salvador Cisneros Betancourt, la soberanía nacional quedó cercenada y condicionada a la autoridad de Estados Unidos.

El derecho de Washington a intervenir incluso militarmente en los asuntos internos de Cuba estuvo vigente hasta 1934, cuando se firmó un nuevo Tratado bilateral como parte de la Política de Buen Vecino.

De aquella puñalada, nos quedó la herida de la Base Naval de Guantánamo, un doloroso recordatorio de que las apetencias imperiales siguen tan intactas como hace 120 años, cuando nos impusieron la Enmienda Platt.

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