Este 12 de junio de 2020, hace 119 años fue aprobada la Enmienda Platt que los oportunistas yanquis le impusieron a la primera Constitución de la República de Cuba, para poder intervenirla a su antojo.

La independencia por la que pelearon los mambises durante 30 largos años se vio lastrada por ese apéndice que pesaba como una piedra colgada al cuello y delataba las verdaderas apetencias imperiales.

Hubo oposición, pero sin el liderazgo de Martí y Maceo, y con la presión de Washington añadida, la mayoría de los constituyentes que elaboraron la Carta Magna terminaron por aceptar la enmienda como un mal menor a fin de terminar la ocupación militar de Estados Unidos.

Todavía, contra nuestra voluntad, ronda el fantasma platista en la ilegal Base Naval de Guantánamo. El bloqueo recrudecido y la ley Helms Burton son engendros de las ambiciones norteñas que aún añoran la fruta madura.