Las drogas son cualquier sustancia natural o artificial que genera dependencia al ser humano.

La Organización Mundial de la Salud plantea que una persona necesita un año de consumo reiterado de cualquier sustancia para convertirse en adicto.

Se clasifican, según su origen, en natural o artificial, y según el mecanismo de acción, pueden ser sedativas, como el alcohol y la heroína; excitantes, donde podemos encontrar la cocaína, el café, la cola y el chocolate, o alucinatorias, como la marihuana.

Los mecanismos por los cuales el ser humano llega a esas sustancias son múltiples. Por ejemplo, está la vía sociocultural, la aceptación, o la búsqueda excesiva de placer.

Especialistas cubanos indican que para enfrentar esa adicción se debe tener en cuenta la triada epidemiológica que son las drogas en sí, el individuo y el entorno.

Persistencia en el cambio

Los efectos psicológicos de las drogas dependen de la sustancia que se consuma, pero en su mayoría se encuentra la pérdida del sentido de la realidad, la desintegración del individuo y la violencia.

La familia que conviva con un adicto debe convencerlo de que necesita tratamiento, que está enfermo y tiene un problema con las drogas.

La rehabilitación es un proceso largo y doloroso, pues la supresión de las drogas produce síndrome de abstinencia, por lo que es necesario saber cuán comprometido está el paciente adicto.

Diversas son las señales que pueden indicar una posible adicción, como los cambios de humor, o la repentina y continua resistencia a la disciplina en el hogar y en la escuela.

Superar una adicción no es fácil, por ello buscar la ayuda profesional de un psicoterapeuta no es un signo de debilidad sino de fortaleza.

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