La Habana, Cuba. – Amigo lector, en esta ocasión abordaremos una especialidad en la realización de los audiovisuales que, por lo general, el espectador advierte sólo si se trata de una ambientación de época.

En efecto, se trata del vestuario, el que no puede verse desvinculado del maquillaje y la peluquería, aunque sean acciones diferentes. Ambos ayudan a contextualizar en el tiempo y psicológicamente a los personajes de una producción audiovisual, pero también en una obra teatral o en una interpretación danzaria.

El vestuario puede sugerir época, clase social, idiosincrasia, nacionalidad, profesión y hasta una etapa de la vida, jugando un papel fundamental en la estética visual, e incluso en los elementos prácticos de una producción.

Además, en sí mismos, el vestuario, el maquillaje y la peluquería, constituyen un arte y una técnica.

Conocimientos necesarios

El diseñador de vestuario tiene que adentrarse en la historia del guión para conocer el contexto histórico, social y geográfico que se aborda. Además, debe investigar detenidamente los personajes, tanto el tipo de personalidad y su psicología, como el rol que toman en la trama.

Ellos también son narradores a través de un vestuario creativo y único; en la novela , por ejemplo, es muy característica la ropa que lleva el personaje de la tía Miki, cuyo maquillaje y peluquería la complementan.

Para todo esto, los diseñadores de vestuario deben tener una formación extensa en historia del traje, moda, pintura, dibujo, o patronaje, este último referido a la habilidad para hacer patrones de ropa -lo que conocemos como moldes.

Los trajes pueden ser concebidos previamente en un boceto o figurín, y fabricarlo a partir de cero, debido a la naturaleza de la narrativa y de los personajes.

Maquillaje y peluquería, decisivo complemento

Al inicio de este trabajo decíamos que el vestuario no puede verse desligado del maquillaje y la peluquería. Centrémonos en la ficción y tomemos como ejemplo al personaje de Norma en la novela .

Imposible imaginar a esta enfermera con su impecable uniforme, que en vez de la cofia reglamentaria llevara en su cabeza un voluminoso peinado adornado con hebillas doradas u otras prendas, por demás prohibidas para el personal de enfermería.

O a Fredesvinda higienizando las áreas del hospital con la ropa con que desea ir al concierto de su amado cantor.

Maquillaje y peluquería vienen a redondear el trabajo del diseñador de vestuario, figura que debe ser capaz de mantener la apariencia física de los actores durante el rodaje, una tarea ardua si se trata de una producción de época con peinados a base de bucles y tocados.

Tres indispensables

Vestuario, peluquería y maquillaje son esenciales para los actores, pues no es solo su poder interpretativo lo que ayuda a que guste el personaje, su proyección visual también contribuye. Pelucas, postizos y extensiones de cabello pueden transformar a un actor para su papel.

En cuanto al maquillista, tiene que tener un conocimiento exacto de los productos con los que va a trabajar un personaje, como las bases, coloretes, lápices labiales, delineadores de ojo, todo -al igual que el vestuario-, conforme a la paleta de colores prevista entre director, fotógrafo y director de arte para cada escena y personaje.

Cuando el maquillaje es característico, ya sea envejecimiento, transformaciones o prótesis, se requiere de un mayor tiempo de aplicación.

Maquillaje y peluquería son elementos visuales que ayudan a establecer períodos, estados de ánimo y emociones.