Es cierto que la mayoría de los animales no suelen tener ningún tipo de fidelidad hacia sus parejas una vez terminado el proceso de reproducción. Aun así, la naturaleza sorprende con animales que crean vínculos que les acompañan toda su vida.

El hipocampo es un animal realmente curioso; desde la antigüedad los griegos le han dado lugar en su mitología. Mitad caballo y mitad animal marino, es considerado símbolo de la fidelidad y la lealtad.

Muchos científicos consideran a los hipocampos, junto a los delfines, las orcas, las grullas japonesas y los cisnes, como los más fieles del mundo.

El periquito es un animal social que se siente solo y triste cuando no tiene compañía, es uno de los más leales que existe con su pareja, pues necesita de una compañera para ser feliz y una vez esté con ella no querrá separarse de su lado.

Amor entre animales

A pesar de muchas teorías sobre los animales y su fidelidad, hay varios que aman para toda la vida.

En verano, los pingüinos penacho amarillo vuelven al lugar donde nacieron para conocer una compañía adecuada y formar una pareja a la que le serán fieles de por vida, y los que ya tienen vuelven a la Antártida al punto exacto donde anidaron por última vez.

Los cisnes viven en pareja; establecen vínculos a largo plazo e incluso después de la muerte de esta, jamás volverán a buscar otra compañera. También los lobos grises forman una manada compuesta por un macho, una hembra y sus crías. Son tremendamente fieles y protectores hasta la muerte con sus pequeños cachorros.

Aunque no lo crea, los castores solo dejarán de ser fieles en caso de que su pareja muera, ambos animales colaboran para el mantenimiento del nido, creando juntos grandes madrigueras.

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