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La Habana. – Cuba cumple dos años desde que fuera aprobada su Nueva Carta Magna en 2019. Sin embargo, el texto, superior en muchos sentidos al anterior, derivó en inconformidades cuando el tan anhelado matrimonio igualitario que demandaba la comunidad LGBT+ quedó excluido. No obstante, lo que muchos obviaron fue el alto contenido legal que quedó explícito en los artículos 81 y 82 del Título V Capítulo III sobre “Las Familias”.

Art. 81. Toda persona tiene derecho a fundar una familia. El Estado reconoce y protege a las familias, cualquiera sea su forma de organización, como célula fundamental de la sociedad y crea las condiciones para garantizar que se favorezca íntegramente la consecución de sus fines (…)

Art. 82. El matrimonio es una institución social y jurídica. Es una de las formas de organización de las familias. (…)

Y es que el solo hecho de significar la pluralidad de la palabra “familia” denota un cambio para nada despreciable. Detenerse a leer el artículo 36 de la Constitución de 1976 donde solo se reconocía como matrimonio a la unión legal entre hombre y mujer es un claro ejemplo del avance en materia social y de igualdad que se logró en la nueva Constitución.

Sin embargo, el camino legislativo no se detuvo el 24 de febrero de 2019, sino que ha continuado surgiendo efecto en cada ley que de una forma u otra respalda en tonos más específicos determinados aspectos dentro de la Constitución. Tal es el caso del Código de las Familias, cuyo proceso de análisis comenzará antes del 10 de abril.

Con respecto a ese particular, Radio Reloj conversó con Mariano Arturo Ochoa Poveda, quien funge como activista por los derechos de la comunidad LGBT+ y moderador del sitio web EntreDiversidades. Él ha sido el impulsor de la campaña Sí, acepto, la cual fue usada con anterioridad en otras partes del mundo para promover el apoyo al matrimonio civil igualitario.

Sin embargo, nuestra campaña tiene que ir más allá. Estamos hablando de una actualización legislativa que debe contemplar, por ejemplo, la discriminación por orientación sexual e identidad de género, afirma Ochoa Poveda, quien además lamenta el hecho de que las circunstancias no permitan usar otros escenarios.

 Desafortunadamente el contexto epidemiológico actual obliga a que todo lo que se haga tenga que ser a nivel virtual. Lo que si tenemos claro es que no nos vamos a centrar en un solo formato en el ciberespacio. Hemos pensado hacer foro-debates para discutir diversos temas con activistas de todo el país y además contamos con un equipo que se encargará de transcribir esos encuentros, garantizando que el contenido llegue en varios formatos y tenga mayor alcance.

La campaña, pensada con objetivos trimestrales, tiene en un primer momento la finalidad de educar acerca de la actualidad legislativa. De nada vale tener un respaldo constitucional que avale a una Cuba inclusiva, cuando sus ciudadanos desconocen cómo defender sus derechos.

Acerca de planes futuros, el joven activista nos cuenta su interés en apoyar a otros proyectos desde la plataforma EntreDiversidades: Lo que deseamos es aumentar el infoactivismo en temas de derechos sexuales en Cuba, que otras iniciativas ganen en visibilidad y construir estrategias en conjunto. Asimismo buscará establecer nuevos recursos informáticos para financiar futuros planes.  Un ejemplo de ello es establecer una tienda virtual que venderá productos destinados principalmente a la comunidad LGBTI+ y abonar una membresía mensual al sitio web, todo ello con la ayuda de las pasarelas TransferMovil y EnZona para realizar los pagos.

Sin duda alguna, Cuba tiene por delante un ejercicio democrático que marcará un antes y un después en nuestro país. El merecido reconocimiento por los medios de comunicación hacia esta campaña y todo lo que ello implica, es y será necesario para que nuestro pueblo concientice sobre la legitimidad del objetivo que se persigue y de esta forma ayudar a romper con arcaicas formas de pensar y actuar que nada tienen que ver con la sociedad que se busca alcanzar.