La Habana, Cuba. – No es nueva la llegada de nubes de polvo del Sahara, un fenómeno que cada año por esta fecha borra temporalmente el azul del cielo cubano.

Comienza en marzo y termina en octubre, con la máxima llegada de polvo en junio y julio, cuando arriban las nubes más grandes, con mayor densidad y frecuencia, explica el meteorólogo Eugenio Mojena, quien es reconocido como el mayor experto cubano en el tema.

Doctor en Ciencias Físicas, Mojena estudia ese fenómeno desde la década de los años 70 del pasado siglo, cuando el hallazgo fortuito de un artículo sobre el polvo del Sahara, lo hizo comenzar a investigar la influencia de lejanas tormentas en el Caribe y en Cuba en particular.

Es un evento que ha ocurrido muchas veces y cubre el Caribe, el sudeste de Estados Unidos, México e incluso puede salir al Pacífico, asevera el especialista.

Impacto en la salud humana

Nacidas en las tormentas de arena del Sahara, amplio desierto en el norte de África, las nubes de polvo ascienden entre 5 y 7 kilómetros y recorren largas distancias impulsadas por los vientos Alisios.

El meteorólogo Eugenio Mojena señala que esas nubes, que contienen varios minerales además de virus, bacterias, hongos, ácaros, estafilococos y contaminantes orgánicos, tienen un impacto directo sobre la salud humana, en particular en el sistema respiratorio.

Este año coincidieron con el nuevo coronavirus y son un factor a tener en cuenta porque exacerban las crisis respiratorias, apunta el especialista, quien trabaja en el Instituto de Meteorología de Cuba desde hace más de medio siglo.

Cuba seguirá bajo la influencia de un fenómeno anual llegado este año para ensombrecer nuestros cielos…y la vida de los cubanos.

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