Washington, EE.UU. – Los últimos acontecimientos en las relaciones Estados Unidos-China las sitúan lejos de reconciliarse pero sí en camino hacia una hostilidad mayor desde Washington, mientras se acerca el momento de definir a su gobernante.

Analistas de todo el mundo ven preocupados el deterioro de los lazos entre las dos principales potencias en distintos terrenos y lo difícil de depurar conflictos en un futuro cercano.

El cierre recíproco de consulados y el llamado del secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, a usar formas más enérgicas de presionar al Partido Comunista de China son vistos en Beijing como las provocaciones más agresivas y, por tanto, las que podrían desencadenar las reacciones más peligrosas.

Muchas voces advierten que ese hostigamiento acerca a ambos países a la Guerra Fría y temen por la paz mundial, justo cuando el planeta sufre la crisis creada por la mortífera pandemia de Covid-19.