Santiago de Chile. – Tras 40 días de fuerte represión policial a manifestantes y más de 11 mil heridos, el gobierno de Chile admitió la violación de derechos humanos y consideró necesaria una reforma de Carabineros.

Desde que comenzó la revuelta social en octubre último, organismos nacionales de derechos humanos y personalidades internacionales denunciaron esas violaciones, a las cuales el gobierno respondió con evasivas de que algo así estuviera ocurriendo.

Según analistas, no quedó otra alternativa que admitir lo evidente, luego que la organización Human Rights Watch, invitada por el propio presidente Sebastián Piñera, emitiera un informe dando cuenta de graves violaciones a los derechos humanos.

Pero la tendencia a minimizar la gravedad de las denuncias sobre la violencia desplegada por agentes del Estado, en especial Carabineros, sigue presente.