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La Habana, Cuba. – Aunque con la mejor de la Buena Fe, Israel Rojas y Joel Martínez proclamaron al puerco como Mamífero Nacional, la terca realidad está torciendo aquella idea. Y es que mientras algunos pocos productores estatales mantienen precios relativamente baratos, a lo largo y estrecho del país el cerdo casi vale más que la carne de res.

Una encuesta telefónica de Radio Reloj permitió constatar que como promedio el precio de la libra de cerdo se acerca o supera los 200 pesos en casi todas las provincias cubanas.

Mala noticia para una población acostumbrada por estas fechas a celebrar el fin de año aunque sea con un pedacito de esa sabrosa carne. Pero nada de eso es fortuito, ni siquiera es algo que erróneamente algunos achacan a la Tarea Ordenamiento, es un asunto que viene desde más lejos y tiene múltiples causas.

Sin pienso

Los problemas para los criadores de cerdos se hicieron más evidentes casi con la aparición de la pandemia y cuando la Tarea Ordenamiento era solo un proyecto anunciado.

La baja disponibilidad de alimento animal tocaba a las puertas de las cochiqueras desde finales de 2018. Las materias primas importadas para la elaboración del pienso cayeron en casi un 50 por ciento y después prácticamente se esfumaron como efecto de la crisis internacional, la severa falta de divisas del país y el recrudecimiento del bloqueo.

Muchos productores de carne de cerdo tuvieron que abandonar los convenios con las Empresas Porcinas, que no podían cumplir sus obligaciones contractuales. La paulatina desaparición de los puercos abrió la pista para la carrera de los precios,

Cochiqueras cerradas

Poco más de un millar de campesinos se dedican hoy en todo el país a la cría de cerdos. Esa es una reducción significativa de la fuerza de trabajo, pues otros 2.500 cerraron las cochiqueras y abandonaron esa  producción, fundamentalmente por los problemas con la alimentación animal.

Por supuesto que esa disminución repercutió sobre el plan y este año, hasta octubre, las ventas de carne de cerdo estaban a un magro 47 por ciento.

En una carambola fatídica para el consumidor, los precios siguieron subiendo casi de forma exponencial. Por eso, los 25 pesos que en algún momento pagamos por una libra de carne de puerco, son ahora apenas un recuerdo de tiempos idos. Lo peor es la pausa en que ha caído el antes exitoso Programa Porcino, cuya meta era ofrecer 350.000  toneladas para 2030.

Proteger el futuro

La cría intensiva de cerdo requiere, dicen los que saben, suministrarle proteínas, aminoácidos y cereales para que en seis meses alcance unos 90 kilogramos. Pero esa dieta, además de los desechos alimenticios que se puedan utilizar, requiere de pienso que se compra en el extranjero, un rubro por el que el país tiene que erogar cada año unos 500 millones de dólares.

En estos tiempos de bolsillos vacíos y mercados deprimidos, la importación de alimento animal casi ha desaparecido y el país prácticamente no tiene capacidad de producción de pienso. Por eso, lo que se produce, o se ha podido adquirir, se destina a proteger los Centros estatales de reproducción para preservar a las reproductoras con la vista puesta en la futura reanimación porcina.

Haciendo lo que se puede

En 2021 el país solo ha producido 39.000 toneladas de carne de cerdo, una cifra muy lejos de las casi 200.000 alcanzada tres años atrás. La falta de alimento animal, mayormente importado, ha sido un golpe a la mesa de los cubanos, acostumbrados a consumir esa carne, sobre todo por estos días.

Y es que en noviembre último, por ejemplo, apenas se entregó el 31 por ciento del pienso necesario para el engorde.

Como si esas desgracias fueran pocas, el número de reproductoras ha disminuido de manera brutal al perderse 17.000 animales desde mayo a la fecha. La parte positiva es que el Ministerio de Agricultura (MINAG) ha priorizado la comida para los animales de la Empresa Genética, una estrategia que busca preservar la masa paridora de cara a mejores tiempos.

Mirando al horizonte

En el afán de resolver la menguada oferta de carne de cerdo y sus estratosféricos precios, el MINAG incrementa la siembra de la llamada alimentación no convencional hasta más de 13.000 hectáreas.

Ese alimento, que no cubre la demanda, ayudará a reducir las importaciones, pero está claro que es un complemento al imprescindible pienso de engorde. Es por eso tan importante el papel de las empresas con plantas de pienso líquido que el pasado año aportaron 12.000 toneladas.

El diezmado Programa Porcino ha sido uno de los más exitosos de los últimos años y, aunque los avatares de la vida lo carcomieron, queda como constancia de lo que se puede hacer bien. Reactivarlo costará tiempo y recursos. Solo así bajarán los precios y el puerco será realmente el Mamífero Nacional. Fin

Entregas a sacrificio, enero –junio 2021

Carne de cerdo Indicadores 2020 2021 Variación
Peso en pie Mt 131.6 80.3 -51.3
Cabezas Mcabz 1065.4 748.3 -317.5
Peso promedio Kg 123.5 107.3 -16.2
Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas e Información

 

El dilema de la alimentación no convencional

Lo cierto es que todavía el desarrollo alcanzado en la producción de alimento no es suficiente para cubrir la demanda e incrementar la producción de carne, explica la Directora del Programa Nacional Porcino, Regla María Ferrer.

Por otro lado, aunque seamos capaces de producir una gran cantidad de alimento este es fundamentalmente aportador de energía, el componente proteico y minero-vitamínico se queda por debajo de los requerimientos.

La producción de alimento animal va dirigida fundamentalmente a la categoría de ceba, pues las crías y precebas necesitan consumir alimento balanceado, el llamado pienso industrial, que cubra los requerimientos nutritivos de los animales.