La Habana, Cuba. – Existe un término que rige al Universo, y del cual la mayoría de los mortales no tienen claro su significado, me refiero a la “entropía” —un vocablo de origen griego que significa “transformación”— es un concepto difuso que se relaciona de alguna forma con el calor y la energía, el tránsito del orden al desorden, el aumento de la incertidumbre y la irreversibilidad del caos.

Sobre esta temática versa el libro “El mito de la segunda ley de la termodinámica y el sentido común, uno de los misterios más insondables de la física moderna”, del autor israelí Arich Ben-Naim, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel, que ha escrito varios artículos y libros sobre el tema.

El volumen está redactado con gran rigor científico, pero sin tecnicismos, su principal objetivo es que el lector aplique el sentido común y descubra que una de las leyes de mayor alcance en el universo es de una claridad meridiana.

Explica de igual forma la interesante evolución de la noción de entropía a partir de los trabajos de Sadi Carnot, Clausius, Lord Kelvin y sobre todo de Ludwig Boltzmann, a quien dedica el libro. Deseo destacar una sugerente interpretación que hace Ben-Naim de la entropía apoyándose en la noción de pérdida de información. Muchas evidencias parecen indicar que una de las manifestaciones de la entropía es que siempre crece.

La segunda ley de la termodinámica (la que enuncia la entropía) plantea que, en cualquier proceso espontáneo, es imposible convertir completamente el calor en trabajo, pues se pierde parte del primero. Pero hay preguntas que surgen ante este planteamiento, como la siguiente: ¿por qué la naturaleza se comporta de este modo? eso sigue siendo objeto de polémica hasta el punto de que, en más de una ocasión, se ha dicho que la ley de la entropía constituye uno de los misterios más profundos de la física moderna.

El autor plantea que la génesis del libro fue dar respuesta a dos cuestiones relacionadas con la segunda ley de la termodinámica ¿qué es la entropía? y ¿por qué cambia solo en un sentido? desafiando en apariencia la simetría temporal de las otras leyes de la física. En mi criterio el autor dedica mucho espacio del texto a la teoría de las probabilidades, que hubiera sido mejor aprovechado mostrando y explicando ejemplos cualitativos de la Segunda Ley.

Deseo señalar que el escritor hace un análisis interesante sobre si la Segunda Ley es una ley física, filosófica o de sentido común. Pero a quienes gustan de los temas relacionados con la física, que al final son los relacionados con el por qué de las cosas, este libro les será placentero.