La Habana, Cuba. – Contaba el Héroe de la República de Cuba, José Ramón Fernández que él fue de las primeras personas que conoció del desembarco mercenario por Bahía de Cochinos en abril de 1961.

Una llamada de Fidel al Campamento Militar de Managua, al sur de La Habana, lo puso en pie de guerra con la orden expresa del jefe de la Revolución de marchar con la Escuela de Responsables de Milicias de Matanzas a repeler a los agresores.

Desde antes y ubicado en el llamado Punto 1, una casa del habanero barrio del Vedado, Fidel daba las primeras órdenes a los diferentes jefes militares, estando en sus manos toda la estrategia para derrotar a la Brigada mercenaria, armada, financiada y respalda por los Estados Unidos, en un empeño por destruir a la Revolución.

Fidel, bajo las balas

El Puesto de Mando de las tropas cubanas se ubicó en el central Australia, localizado a solo unos kilómetros del litoral de la Ciénaga de Zapata y desde donde se mantenía constante comunicación con el Punto 1, pero cuál no sería la sorpresa del Gallego Fernández al ver llegar a ese sitio a Fidel el 17 de abril, pero no demoró en avanzar hasta Palpite, un asentamiento ubicado a poco más de dos kilómetros de los combates.

El 19 de abril Fidel llegó al Helechal para dirigir la ofensiva final a Playa Girón. Allí trazó el plan del avance: Hay que llegar a Girón y tomarlo antes de 72 horas.

Incorporado a la tripulación del tanque, avanzó hasta el principal escenario de la agresión militar. Al final de la tarde caía el último reducto de los mercenarios.

El pueblo cubano bajo la guía y el ejemplo de Fidel propinaba a los yanquis su primera gran derrota militar en América Latina y sin dudas junto al protagonismo y la dirección del líder de la Revolución también marchó la estrategia y la participación directa en los combates de José Ramón Fernández.