Carlos del Porto Blanco
La música ha de servir un propósito; ha de ser parte de alguna cosa más grande, una parte de la humanidad. La música es la manera divina de contar cosas hermosas y poéticas al corazón. Pau Casals
El domingo 24 de noviembre, se reanudó la temporada de conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional en la sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba. Es esta ocasión la agrupación fue dirigida por el Maestro portugués Filipe Cunha.
Filipe Cunha, es maestro titular de la Orquesta Filarmónica de Braga, Portugal desde 2014. Estudió flauta travesera y clarinete. Ha dirigido conciertos en Portugal, España, Francia, Suiza, Luxemburgo, Países Bajos, Alemania, Venezuela, Puerto Rico, Brasil , Canadá Estados Unidos, China, México, Polonia y Cuba.
El programa se estructuró con tres piezas. La primera fue la obertura de la ópera “El duque de Foix” de Marcos António Portugal. Una obra escrita para la temporada de invierno de 1805 del teatro portugués de Sào Joào y su obertura, con influencias de la escuela musical napolitana, es la obra más interpretada de ese autor actualmente.
El músico y compositor portugués de música clásica Marcos António Portugal, cuyo nombre es Marcos António da Fonseca Simao, nació en Lisboa, la capital lusitana el 24 de marzo de 1762 y murió en Río de Janeiro, Brasil, el 7 de febrero de 1830, Sus obras fueron conocidas por toda Europa, siendo uno de los más famosos compositores portugueses de todos los tiempos. Fue maestro de la Capilla Real y director del Teatro de Sào Carlos de Lisboa. Debido a las Guerras Napoleónicas se exilió en Río de Janeiro, Brasil, donde ocupó las mismas responsabilidades, pero en ese caso en el Teatro Sào Joào. Fue el compositor de los himnos nacionales oficiales de Portugal y Brasil.
La segunda pieza presentada fue la Sinfonía número 1 de João Domingos Bomtempo. La obra se estrenó en la Sala Olympique de País, Francia el 15 de enero de 1810, esta pieza muestra la influencia de los compositores clásicos vieneses. Según plantea Luis Manuel Molina en el programa de mano, el primer movimiento (Largo. Allegro vivace) se inicia con una introducción lenta, al estilo de Haydn, para continuar con un Allegro en forma sonata que presenta unos temas mozartianos. Tras un clásico desarrollo concluye con la obligada reexposición. El segundo movimiento es un menuet cuyo tema de danza es interrumpido por un colorido trio de naturaleza contrastante, en el que predominan los solos de los instrumentos de viento madera. Dicha sección concluye con una repetición del menuet en forma resumida. El tercer movimiento (Andante sostenuto) presenta un tema con variaciones en el que, nuevamente sobresalen en el discurso musical los instrumentos de viento. La obra finaliza con un Presto cuyo vivaz tema principal se desarrolla en forma de Rondó.
El pianista clásico y compositor portugués, João Domingos Bomtempo, nació en Lisboa, Portugal el 28 de diciembre de 1775 y murió en la misma ciudad el 18 de agosto de 1842. En 1882 fundó la Sociedad Filarmónica. Desde 1835 fue director del Conservatorio de Lisboa hasta su muerte. Escribió una obra teatral, Alexandro in Efeso, siete sinfonías, seis conciertos para piano y numerosas obras instrumentales.
Una vez concluida la pieza el director felicito a los titulares de la flauta, clarinete, oboe y fagot.
El concierto culminó con la Sinfonía número 8 en Fa mayor, opus 93 de Ludwig van Beethoven. La obra fue compuesta entre la primavera de 1812 y abril de 1813. El compositor se refería a ella, con orgullo, como su “pequeña sinfonía en fa”, distinguiéndola de la Sinfonía número 6, una obra de mayor duración también en fa mayor.
El año 1812 estuvo cargado de acontecimientos relevantes en la vida del compositor, el mes de julio fue especialmente notable. Conoció por fin a Johann Wolfgang von Goethe en Teplice, aunque se sintió decepcionado al encontrar (en su opinión) a un cortesano envejecido que ya no era un incendiario ni un demócrata afín; peor aún, un diletante musical. A su vez, Beethoven como persona y como artista impresionó a Goethe, pero al anciano poeta dramaturgo le fatigaba su intensidad altisonante y le ofendía una falta de modales rayana en la grosería.
Al igual que las Sinfonías número 5 y 6, Beethoven compuso la 7 y 8 poco después la una de la otra. La partitura autógrafa de la Séptima está fechada el 13 de abril de 1812, probablemente refiriéndose a su finalización. Inmediatamente después comenzó a trabajar en la Octava, que, como se sabe planeó originalmente como un concierto para piano. La pieza se estrenó el 27 de febrero de 1814 en Viena. Beethoven dirigió esa función, pero según la leyenda la orquesta ignoro sus gestos y siguió al violinista principal.
El primer tema de la Octava Sinfonía es una melodía que recuerda lo hecho por Haydn y Mozart. A continuación, le sigue un vigoroso desarrollo temático, muy característico de Beethoven. La obra no posee un movimiento lento como tal pues el segundo movimiento es un Allegretto scherzando. Ese movimiento, que recuerda a un metrónomo con su característico tic tac, tima su tema principal de un canon vocal que el compositor escribió en 1812 para en inventor de ese dispositivo, su amigo, Johann Nepomuk Mäizel. El tercer movimiento es un minué galante con trío y el finale (Allegro vivace).
El compositor, director de orquesta y pianista alemán Ludwig van Beethoven, nació en Bonn, Arzobispado de Colonia; actual Alemania, el 16 de diciembre de 1770 y muere en Viena, el 26 de marzo de 1827. Su legado musical abarca, desde el Clasicismo hasta los inicios del Romanticismo. Es considerado uno de los compositores más importantes de la historia de la música y su legado ha influido de forma decisiva en la evolución posterior de este arte.
Fue el último gran representante del clasicismo vienés (después de Christoph Willibald Gluck, Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart). Su arte se expresó en numerosos géneros y aunque las sinfonías fueron la fuente principal de su popularidad internacional, su impacto resultó ser principalmente significativo en sus obras para piano y música de cámara. Su producción incluye los géneros pianísticso (treinta y dos sonatas para piano), de cámara (incluyendo numerosas obras para conjuntos instrumentales de entre ocho y dos miembros), concertante (conciertos para piano, para violín y triple), sacra (dos misas, un oratorio), lieder, música incidental (la ópera Fidelio, un ballet, músicas para obras teatrales), y orquestal, en la que ocupan lugar preponderante Nueve sinfonías.
Una vez concluida esta sinfonía el director felicitó especialmente a las dos chicas de los cornos.