La Habana, Cuba. – Muchos lo calificaron como un cubano sagaz, malicioso y simpático y él mismo se definió como un escritor para lavanderas; pero, más que todo, Félix B. Caignet fue un hombre de la radio, un pionero en la dramaturgia radiofónica.

Este escritor, poeta, narrador, actor, pintor y músico, de forma autodidacta, se desempeñó, igualmente, como periodista de reportajes de tribunales en el Poder Judicial de Santiago de Cuba.

Por esos primeros años de la década del 20 del pasado siglo, Caignet escribía poemas y obras teatrales y dibujaba por afición.

Fue él quien introdujo en la radio la narración infantil, los seriales y el policiaco, género en el que alcanzó un dominio absoluto.

Recuérdese los episodios del inefable detective chino Chan Li Po, una especie de pariente cercano de Sherlock Holmes, con los que Caignet arrebataba a la radioaudiencia de la época.

Músico renombrado

Con El derecho de nacer, su novela más famosa, viajó Félix B. Caignet a casi todos los países de habla hispana, así como a Estados Unidos.

La  novela se escuchó siempre por radio y existen diferentes versiones de la misma; ha sido llevada al cine en varias oportunidades por México, Brasil y España.

Tanto en sus seriales detectivescos como en sus radionovelas, Félix B. Caignet no escribía más de un capítulo por día. Concluido éste, se iba para la calle a encuestar los gustos y las emociones del público a fin de saber dónde recortar o alargar una trama y qué personajes desaparecer o hacer más presente.

Por cierto, el primer largo metraje sonoro cubano La serpiente roja, es creación de él. Caignet fue capaz de interpretar los mas variados personajes, principalmente los infantiles, para los que escribió también con notable éxito.