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La Habana, Cuba. – El polímata, geógrafo, astrónomo, humanista, naturalista y explorador prusiano Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humboldt nace en Berlín, actual Alemania, el 14 de septiembre de 1769. Es considerado el “padre de la geografía moderna universal”.

Fue un naturalista de una polivalencia extraordinaria, que no volvió a repetirse tras su desaparición. Sus viajes de exploración le llevaron desde Europa a América del Sur y del Norte hasta Asia Central. Se especializó en diversas áreas de la ciencia como la etnografía, la antropología, la física, la zoología —especialmente en ornitología—, la climatología, la oceanografía, la astronomía, la geografía, la geología, la mineralogía, la botánica, la vulcanología y el humanismo.

Las dos estancias del barón Alexander von Humboldt en Cuba suman en total unos tres meses: del 19 de diciembre de 1800 hasta el 15 de marzo de 1801, y del 19 de marzo hasta el 29 de abril de 1804. En ambas ocasiones estaba, en cierto sentido, de tránsito: primero camino de Venezuela a Colombia, y en la siguiente, de México a Estados Unidos.

Su libro Ensayo político sobre la isla de Cuba describe de manera sistemática las características de dicha isla y finaliza describiendo su viaje hacia Batabanó y Trinidad. Como un añadido posterior hace un alegato contra la esclavitud de gran valor ético. Ello le arranca la confesión: «Desde que el perfeccionamiento del arte de la navegación y la creciente actividad comercial de los pueblos ha acercado las costas de ambos continentes, desde que La Habana, Río de Janeiro y Senegal casi no nos parecen sitios más lejanos que Cádiz, Esmirna o los puertos del Báltico, uno duda al querer atraer la atención del lector hacia una travesía desde las costas de Caracas hasta la isla de Cuba.

El Mar de las Antillas es hoy tan conocido como el Mediterráneo». En el contexto de las Antillas, Cuba también constituye un caso excepcional: su larga tradición como lugar de asentamiento y su fuerte identidad nacional —que puede sorprender en un país que fue dependiente por más tiempo que otros—, la distinguen de otras islas y la acercan a las naciones de Europa. La Habana, ante el recién llegado de entonces, parece al mismo tiempo metrópoli y colonia.

Cuba ocupa un sitio especial en la topografía imaginaria de Humboldt: como frontera geográfica entre la América del Norte y la del Sur, como eslabón imaginario entre América y Europa, como pausa necesaria en el viaje de Venezuela a Colombia y de México a los Estados Unidos. Además, como región civilizada en comparación con los paisajes arcaicos de los llanos, de la selva y del Orinoco; como terreno relativamente familiar en medio de lo ajeno. Cuba viene a ser el espacio intermedio de Humboldt, un microcosmos de su viaje a América, en el que los más disímiles fenómenos observados parecen sintetizarse y coexistir contradictoriamente.

Es considerado el «segundo descubridor» de la isla después de Colón. Los textos suramericanos de Humboldt comprenden treinta volúmenes publicados en treinta años. Compuestos de libros científicos, atlas, tratados de geografía y economía de Cuba y México, una narrativa de sus viajes y un examen crítico de la historia de la geografía del Nuevo Continente. En sus «Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos indígenas de América», utiliza por primera vez imágenes de manera que son elemento fundamental y no una mera ilustración. Están basadas en sus propios dibujos y son impresas con la técnica de la litografía como láminas, algunas en color.

Humboldt escribe sus textos científicos en colaboración con otros científicos. Dedicó el volumen consagrado a geología a su amigo Goethe. En su “Cosmos”, cuyo objetivo era comunicar la excitación intelectual y la necesidad práctica de la investigación científica, describe en cinco volúmenes todos los conocimientos de la época sobre los fenómenos terrestres y celestes.

Se atribuye a Humboldt la invención de nuevas expresiones, como isodinámicas, isotermas, isoclinas, Jurásico y tempestad magnética. Desarrolló las bases de la geografía física, la geofísica y la sismología. Demostró que no puede haber conocimiento científico sin experimentación verificable. Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humboldt, muere el 6 de mayo de 1859.