La Habana, Cuba. – El físico y matemático soviético Lev Davídovich Landáu, nace en Bakú, Imperio Ruso, hoy Azerbaiyán, el 22 de enero de 1908. Figura clave de la física teórica en el siglo XX, destacó por sus contribuciones a la mecánica cuántica con sus estudios sobre el estado mixto, la teoría cuántica del diamagnetismo, la superfluidez, la teoría fenomenológica sobre líquidos de Fermi, la teoría Ginzburg-Landau sobre la superconductividad, el efecto de amortiguamiento de Landau sobre la formación de turbulencias en fluidos, el polo de Landau en electrodinámica cuántica, o la teoría sobre los neutrinos. Son imprescindibles sus diez volúmenes del Curso de Física Teórica.

En 1929, gracias a una beca de viaje del gobierno soviético, complementada con una beca Rockefeller. Merced a ella, durante los dos años siguientes trabaja en Alemania, Suiza, Holanda, el Reino Unido, Bélgica y Dinamarca. Sus estancias más fructíferas serán en las universidades de Gotinga y Leipzig y, sobre todo, la de Copenhague, para trabajar en el Instituto Niels Bohr de Física Teórica: tras la visita, Landau siempre se consideró a sí mismo como un pupilo de Bohr, y el ejemplo de este orientó su actitud hacia la Física. Tras Copenhague, visitó Cambridge y Zürich antes de volver a la Unión Soviética. Tras su regreso, y durante el período entre 1932 y 1937 dirigió el departamento de Física Teórica en la Universidad Politécnica de Járkov. Durante los años 1943-1947 ejerció como profesor en la Facultad de Física de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú. Fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1962 «por sus teorías pioneras sobre la materia condensada, especialmente el helio líquido».

Landau había elaborado una lista con los nombres de físicos a los que había ordenado según una escala logarítmica desde 0 a 5. El valor más alto, el 0, se lo asignó a Isaac Newton, y Albert Einstein recibió 0.5. Les asignó un valor de 1 a Niels Bohr, Werner Heisenberg, Paul Dirac y Erwin Schrödinger, los padres de la física cuántica moderna. Landáu se evaluó a sí mismo con un 2.5 aunque posteriormente se asignó un 2. David Mermin, escribiendo sobre Landáu, hizo referencia a la escala, y se catalogó a sí mismo como un 4.5 en el artículo Mi vida con Landáu: homenaje de un 4.5 a un 2.

Lev Davídovich Landáu sufrió en 1962 un accidente automovilístico, al chocar de frente con un camión. Las secuelas de ese accidente con el tiempo lo condujeron a la muerte, en Moscú, Rusia, Unión Soviética, el 1 de abril de 1968.