La Habana, Cuba. – Predestinado a ser pionero de hazañas en el aire, nació el 10 de octubre de 1877, en Cayo Hueso, Estados Unidos, Agustín Parlá Ortuña.

De origen cubano, este hombre considerado el Padre de la Aviación de Cuba fue el primer piloto graduado del país, en volar un aeroplano sobre las cataratas del Niágara y sobre Miami y en inaugurar travesías comerciales desde la Isla hacia destinos estadounidenses.

Fue gerente general de la estrenada Compañía Aérea de Cuba, realizó en La Habana el primer vuelo nocturno, representó al país en competiciones internacionales y lo nombraron capitán del Cuerpo de Aviación del Ejército e Inspector General de aeropuertos.

Agustín Parlá, sin embargo, enfrentó intrigas profesionales y, en estado depresivo, se suicidó durante un vuelo a los cincuenta y ocho años; sus restos descansan en la Necrópolis de Colón.

El vuelo más famoso

La más significativa travesía de Aguntín Parlá fue la realizada el diecinueve de mayo de mil novecientos trece, en homenaje a José Martí, cuando cruzó el Estrecho de la Florida, volando de Cayo Hueso a Mariel en su hidroavión sin brújula.

El vuelo tuvo para Parlá el desafío de que el equipo no contaba con útiles de orientación y comunicación, pero al aviador lo animaba entregar al presidente de la República, Mario García Menocal, la bandera cubana que el Apóstol regaló a su padre dieciocho años antes.

No logró llegar a La Habana, al desviarse el avión, caer en horas de la mañana en aguas no profundas y en zona de manglar y pantano de la bahía de Mariel; fue salvado por los pescadores Pedro Fernández y Rufino Sánchez.

Después de arreglado el hidroavión, Agustín Parlá voló a la capital y donó la insignia, que descansa hoy en el Palacio de los Capitanes Generales.