La Habana, Cuba. – Hace pocos meses se cumplieron 60 años de la Crisis de Octubre, un hecho que parecía que no se repetiría por el peligro que representa para la vida en la Tierra; sin embargo los apetitos imperiales nunca se sacian aun con peligro del patíbulo como planteara Karl Marx. Es adecuado revisar aquellos hechos para poder entender mejor lo que está ocurriendo hoy en día, así como las vías de solución que en dicha ocasión se ejecutaron.

El pequeño libro que les traigo hoy está relacionado con esos hechos, pero no desde el punto de vista militar, sino del diplomático, mostrando el enfrentamiento en ese campo que fue quizás el más interesante y peliagudo, pero menos conocido. El texto en cuestión es “La batalla diplomática y política en torno a la Crisis de Octubre. El papel de la ONU” del historiador cubano Elier Ramírez Cañedo, editado por Ocean Sur en el año 2017.

Elier es licenciado es historia, master en historia contemporánea y doctor en ciencias históricas. Ha publicado trabajos en diversas revistas, mereció el premio de ensayo en la primera edición del concurso Guillermo Torriello, tiene varios libros publicados relacionados con las relaciones Cuba y los Estados Unidos. Actualmente e el subdirector del centro Fidel Castro.

Los títulos de los capítulos nos indican plenamente a lo que nos enfrentaremos: Introducción, Los errores que dieron ventaja a Kennedy, La batalla en la OEA, Los días “luminosos y tristes” y las negociaciones. El texto muestra las posiciones de los tres protagonistas en la OEA y la ONU, espacios que se perfilaron como las arenas en que también se combatía a muerte, con la diferencia que el veredicto no dependía del pulgar del César, sino de los argumentos que se esgrimían por cada parte.

Por las páginas del volumen desfilan personajes como Robert McNamara, secretario de ¿Defensa?, Dean Rusk, secretario de Estados, Adlai Stevenson, representante de los Estados en la ONU en la administración de John FitzGerald Kennedy, Nikita Jruschov, Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética, PCUS, Andrei Gromyko, canciller soviético, Valerian Zorin, representante permanente de la URSS en el Consejo de Seguridad de la ONU, Alexander Alexeev, embajador de la URSS en Cuba, Fidel Castro, primer ministro cubano, Osvaldo Dorticós Torrado, presidente de Cuba, Raúl Roa, canciller cubano, Mario García Inchaustegui y Carlos Lechuga, embajadores cubano ante la ONU, ya que en esos días el primero fue sustituido por el segundo en el cargo.

El autor culmina el libro planteando que “podría decirse que la ONU desempeñó un papel importante durante la Crisis de Octubre, incluso desde antes de su estallido, en tanto se convirtió en escenario de enconada batalla diplomática de cuba y la URSS frente a los Estados Unidos. También hay que reconocer la labor que realizó U Thant, Secretario General Interino de la ONU, en función de lograr una solución definitiva a la crisis. Sin embargo, los Estados Unidos actuaron siempre desde posiciones fuerza y violaron impunemente la Carta de las Naciones Unidas, práctica que han seguido desempeñando hasta la actualidad. Las Naciones Unidas no tomaron ante estas violaciones medidas de sanción con os Estados Unidos, demostrando que los principios básicos bajo los que se creó esta organización habían quedado en letra muerta desde temprana fecha, producto de la irracionalidad y el irrespeto del imperialismo norteamericano hacia las normas más elementales de comportamiento en las relaciones internacionales”.

Aquí lo dejo y lo invito a que busque y lea este pequeño volumen de solo 49 páginas, para que aprecie el valor de la diplomacia en la solución de los conflictos y aprecie en toda su magnitud la prepotencia imperial en la arena internacional. De seguro esta lectura le será útil.