Cuarenta y dos años después y Cuba sigue reclamando justicia

La Habana, Cuba. – Nunca pudieron volver al abrazo de la Patria y la familia. Sacrificados por el odio visceral de quienes desprecian la vida, aquellos que cayeron hace 42 años en las costas de Barbados habitan la memoria del pueblo.

Cada 6 de octubre, Cuba los recuerda en el Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado, porque olvidar no se puede y el tiempo no cura todo. Porque denunciar la injusticia y la impunidad del hasta entonces peor ataque terrorista en el hemisferio occidental y uno de los más brutales actos ejecutados en complicidad con la CIA contra la Revolución cubana, es el viril homenaje que nace desde la raíz de esta tierra pacífica y que procuramos siempre.

Setenta y tres vidas segadas en el aire, algunas de ellas en plena juventud, como las espigas de trigo que maduran y se cortan de repente.

La vil cobardía no se perdona y hoy reclamamos, como el primer día, la justicia que no tuvieron.

Lloramos y la injusticia temblo

Bajo la pupila insomne del vigía y estremecidos por la voz enérgica del líder histórico, un mar de cubanos enlutados despedía a sus muertos en la plaza de los grandes acontecimientos, días despúes del atentado terrorista de Barbados.

Allí, un vibrante Fidel dijo: No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!

Aún con la herida marcando el cielo, supieron los cobardes de que madera estaba hecho un pueblo noble, unido en los momentos más oscuros.

Sin pagar la afrenta, hace unos meses murió en Estados Unidos el principal autor del inescrupuloso acto, cobijado, paradójicamente, en el país que se autoproclama justiciero mundial del terrorismo.