La Habana, Cuba. – El más universal de todos los cubanos, nuestro José Martí, apuntó que la mujer es la nobleza del hombre y que, una mano de mujer es vara de mago que espanta búhos y sierpes, y ojos de Midas que trueca todo en oro.

Así quiso el poeta ponderar los encantos y redimir la falsa imagen del género femenino, víctima de estigmas y vilipendios a lo largo de la existencia humana.

Fue el 8 de marzo de 1875 cuando, cientos de mujeres trabajadoras textiles de una fábrica de Nueva York, se manifestaron en busca del monto salarial que disfrutaban los hombres y de una mejora en sus condiciones laborales.

En aquella manifestación, 120 fueron asesinadas a manos de la policía. Muchas muertes sucedieron hasta 1920, cuando se celebró la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas de Copenhague.

Un voto emancipador

Clara Zétkin lanzó la propuesta de conmemorar el Día Internacional de la Mujer en aras de lograr un voto redentor.

Desde entonces, el morado fue el color adoptado por los movimientos feministas al despertar ese sentido emancipador que continúa acompañando a las mujeres.

En Cuba, la igualdad de género es, cada vez más, un hecho palpable. La mujer se integra a la sociedad en paridad de condiciones y es capaz de asumir las disímiles tareas que demandan estos tiempos.

Este 8 de marzo, cuando la Organización de Naciones Unidas aboga por un mundo digital inclusivo: innovación y tecnología para la igualdad de género, vale recordar que nuestro Héroe Nacional reivindicó a la mujer para siempre en sus Versos Sencillos cuando escribió: ¿De mujer? Puede ser / Que mueras de su mordida/ ¡Pero no empañes tu vida / Diciendo mal de mujer!