El establecimiento de vínculos diplomáticos entre Cuba y China, que hoy cumple 60 años, nació en condiciones especiales y abrió una nueva era en América Latina.

El 2 de septiembre del 60, un millón de cubanos reunidos en la Plaza de la Revolución aprobó a mano alzada la propuesta de Fidel de establecer nexos entre La Habana y Beijing.

Esa decisión popular quedó refrendada el día 28 con un Comunicado Conjunto que permitió la apertura posterior de las embajadas.

Hacía apenas un año y ocho meses que la Revolución Cubana había triunfado y ya sentía el acoso de Estados Unidos, mientras China era un país prácticamente excluido de la comunidad internacional.

Por eso, la decisión cubana fue muy valiente y significó el encuentro de dos revoluciones que no tenían lazos históricos, pero coincidían en los objetivos.

Fructíferos vínculos

Cuba se convirtió hace seis décadas en el primer país del hemisferio occidental que estableció lazos formales con China.

Después de lógicos altibajos asociados al contexto mundial, ambos países retomaron el cauce del entendimiento político, el consenso en el área internacional y la cooperación económica.

Visitas mutuas de los principales líderes cubanos y chinos consolidaron un lazo tan sólido que hoy Beijing es el segundo socio comercial de Cuba y el primero en asistencia técnica.

Las dos naciones tienen objetivos y retos comunes en el ámbito global en la lucha por un mundo mejor y en defensa del multilateralismo, y contra la hegemonía y las políticas de fuerza.

Es un cauce común que Fidel y los cubanos hicieron nacer hace 60 años con una inédita decisión en las relaciones internacionales.

Etiquetas: -