La Habana, Cuba. – Ya nada tiene vuelta atrás. Donald Trump se instalará en enero en la Casa Blanca y quizás Hillary Clinton deje la política y se dedique a educar a sus dos nietos.

Las elecciones terminaron y Trump se coló en la presidencia de Estados Unidos no solo contra todos los pronósticos, incluso en contra del voto popular. Y es que el magnate reconvertido en político se benefició del complicado sistema norteamericano y ganó al obtener más votos electorales, lo que no representa la voluntad popular.

Puestos a usar la matemática, salta rápido a la vista que la Clinton obtuvo más de 200 mil votos por encima del candidato republicano, quien en contraposición logró 290 de los 270 votos electorales necesarios para obtener la llave del Despacho Oval de la Casa Blanca. Es una historia vieja que ha sucedido antes.

Por encima de la voluntas popular

El sistema electoral de Estados Unidos es indirecto, lo que significa que los votantes escogen el llamado Colegio Electoral, un organismo conformado por 538 electores procedentes de todos los estados y Washington.

El truco está en que en la mayoría de los estados, el candidato que alcanza más sufragios populares, gana todos los votos que corresponden a ese territorio en el Colegio Electoral.

Por eso la gente no siempre decide, como ya pasó tres veces en el Siglo XIX, y prácticamente ayer, en el 2000, cuando W. Bush entró a la Casa Blanca con menos votos quen Al Gore .

Entonces si la Clinton logró más votos de la gente, pero Trump  ganó la carrera hasta la Casa Blanca, es lógico que aún hoy muchos se pregunten ¿quién ganó las elecciones en Estados Unidos?