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La Habana, Cuba. – Quien pensó que la llegada de una mujer a la Presidencia mexicana le dejaría «coger mangos bajitos», ya habrá comprendido su error.

La rapidez conque Donald Trump va delineando lo que será su mandato, ha obligado a Claudia Sheinbaum a fijar posiciones sin romper los cánones de la diplomacia, y sin el deseo de enturbiar relaciones vitales para ambos países.

La migración ilegal, que ya fue punto focal de Trump en su anterior mandato frente al expresidente Andrés Manuel López Obrador, vuelve a ser el motivo por el cual la Jefa de Estado envió una carta al republicano, y sostuvo con él una conversación telefónica durante la que le recordó el valor de la soberanía mexicana, su intención de seguir abordando el fenómeno con respeto a los derechos humanos de los migrantes, y le avisó que si sube los aranceles a los productos mexicanos, su país hará otro tanto con los estadounidenses.

No al chantaje

Todo indica que el declarado deseo de Trump de acabar con todas las guerras, no incluye la comercial. Tampoco el chantaje.

Antes de tomar posesión ya amenaza con subir los aranceles a Canadá, China y México para imponerles condiciones que, en el caso mexicano, pretenden convertir a ese país en el muro de contención de indocumentados que el Congreso no le aprobó a Trump en su anterior mandato.

Claudia Sheinbaum le ha respondido ratificando la necesidad de enfrentar la migración ilegal eliminando sus causas: la pobreza, y bloqueos como los que Washington ha impuesto a Cuba y Venezuela.

Pero todavía le quedarán otros frentes, como el deseo de la Casa Blanca de militarizar la frontera, pues también se quiere responsabilizar a México por el consumo de fentanilo en Estados Unidos.

Los retos vienen fuertes. Pero frente a ellos habrá mucha Claudia.