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La Habana, Cuba. – De la misma manera que en los últimos tiempos los sectores progresistas latinoamericanos acceden frecuentemente al gobierno, los grupos de derecha, las oligarquías y Washington retoman todas las rutas posibles para hacerlos abortar.

Las vías son muchas: la justicia parcializada y clasista, el espectro mediático, las fuerzas parlamentarias, o la violencia cuartelaria, todo con el consentimiento y el apoyo de quienes desde el Norte no quieren dejar su control sobre nuestros pueblos.

Y Colombia, un formidable traspatio regional aliado fiel de los hegemonistas Made in USA, hoy con su primer gobierno de izquierda liderado por Gustavo Petro, no es una excepción en materia de candidatura a la defenestración derechista e imperialista.

Y por estos días ya hubo muestras claras de lo que hablamos en este texto.

Manipulación a la orden

Por estos días la derecha colombiana intentó desacreditar al gobierno de Gustavo Petro a partir de presuntas revelaciones de que dinero venezolano financió su campaña electoral, y apresuradamente empezó a hablar de juicio político, para llevar al país por el ya trillado y sucio derrotero de los “juicios parlamentarios”.

Solo que los que urdieron la trama no calcularon la respuesta popular protagonizada por los millones de votantes que apoyaron a Petro en las urnas, y que llenaron otra vez las calles del país en defensa del gobierno progresista.

Una respuesta que, dijo Petro, solo la logra un gobierno al servicio total de las urgencias de las mayorías, y que nunca traicionará sus ideales ni su programa a favor de una Colombia incluyente, democrática y apegada a la justicia.