La derecha viene con el objetivo de aplastar todo

La Habana, Cuba. – América Latina ha pasado a ser el escenario de una sorda batalla política en la que la derecha continental busca asaltar las trincheras de la izquierda.

Destruir las instituciones, y sobre todo los símbolos, es la táctica de un neoliberalismo rampante que apunta contra los representantes de gobiernos populares.

Dilma, Lula, Cristina y Correa fueron los primeros atacados para descabezar a quienes lideraron procesos de izquierda o cercanos a la izquierda en sus respectivos países.

Asociar a esos líderes a la corrupción política o administrativa busca no solo enlodar la imagen personal, sino desacreditar a sus gobiernos o a los movimientos que los llevaron al poder.

A la hora de pelear, la derecha no se anda con chiquitas y viene con todo, sin importarle ni siquiera la ética del juego político.

Un plan continental

Nicaragua, donde vivimos una reedición de las guarimbas venezolanas, es ahora la diana del proyecto conservador continental.

Cuando se detalla lo que sucede allá, se comprueba sin dificultad que es una copia casi fiel de lo ocurrido antes en Venezuela. Se repite no solo la puesta en escena, sino hasta el vestuario y la forma de actuar de los figurantes.

Liquidar a la Revolución Sandinista es otro paso de un plan mayor que además trata de derrumbar instituciones continentales como UNASUR. Quieren revivir a la OEA y para eso saben que tienen que liquidar a otros mecanismos integracionistas, por eso van a girar los cañones también hacia la CELAC.

Aliadas de la dominación imperial, las oligarquías nacionales son la punta de lanza de una derecha que trata de hacer tabla rasa en América Latina y que para eso trae un buldócer.