Las repercusiones del bloqueo estadounidense contra Cuba desde hace más de medio siglo se traducen en carencias que afectan el proceso de aprendizaje y el trabajo científico de estudiantes y profesores.

Entre las agresiones que sufre la Educación Cubana se pueden citar las limitaciones para acceder al mercado norteamericano para la compra de insumos escolares y materiales para el mantenimiento del sector, por lo que se ve obligada a adquirirlos en otros mercados.

Además, el cerco estadounidense obstaculiza el intercambio entre instituciones pedagógicas de ambas naciones, y se reducen más los intermediarios que se arriesgan a realizar transacciones con Cuba, por la amenaza de penalizaciones.

Otro de los desmanes de esa injusta política es el asedio permanente a los colaboradores de la Isla para estimular el abandono del país, a los cuales se les intenta comprar con ofertas de empleo.

Victorias ante la adversidad

Cuba ha enfrentado de manera erguida el injusto bloqueo estadounidense, y sigue acumulando éxitos en la construcción y defensa de sus intereses.

A pesar de las consecuencias directas en la enseñanza que ha tenido esa política genocida, el gobierno de la Isla realiza enormes esfuerzos por lograr una educación de calidad, sin exclusiones y garantizando la superación permanente a toda la población.

Una muestra de la voluntad del estado de dar la máxima prioridad a ese sector se puede observar en el presupuesto que cada año se destina con ese propósito, que representa entre el 10 y el 12 por ciento en relación con el Producto Interno Bruto de la nación.

Además, ha superado, incluso bajo el bloqueo estadounidense las metas sobre la cobertura para la enseñanza básica y la erradicación del analfabetismo, contenido en el Plan de Acción de la Conferencia Mundial Educación para todos.