Miles de migrantes centroamericanos se amontonan en la frontera sur de Estados Unidos

La Habana, Cuba. – No hay quien pueda decir con exactitud el número de personas que conforman la Caravana de migrantes centroamericanos que trata de entrar a Estados Unidos.

Son miles de hombres y mujeres que bajo un sol abrasador caminan kilómetros y kilómetros cada día y se alimentan de lo que pueden comprar o la gente les regala. Una vez llegada la noche tratan de curar sus pies llagados y duermen con sus niños pequeños casi siempre al descampado.

Una buena parte salió de Honduras el 12 de octubre último como parte de un movimiento que, dicen, organizaron por redes sociales o aplicaciones, como Facebook o WhatsApp,  aunque la atención de algunos medios ayudó a darle mayor visibilidad a la singular multitud.

Han caminado mucho para llegar a la Tierra Prometida, pero en ese éxodo moderno no es Moisés quién los guía, sino la necesidad de hallar un futuro mejor.

Buscando futuro

La pobreza y la violencia son dos de los motores principales que mueven a la Caravana de migrantes centroamericanos. Hay una gran motivación económica para intentar llegar a Estados Unidos, donde la Administración Trump refuerza la frontera, endurece las reglas de solicitud de asilo y proclama la cercanía de una invasión.

Es nuevamente el uso del miedo como herramienta política, algo en la que es un experto el actual presidente norteamericano, quien utiliza como armas a las redes sociales, ahora que un primer grupo de emigrantes ya está en el borde fronterizo con México.

En los próximos días deben llegar otros miles, aunque como están las cosas es muy difícil que puedan entrar a Estados Unidos, un país que Trump cierra como respuesta a un éxodo motivado por el hambre y la muerte.