Hace unas horas, el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez y la cancillería lo denunciaron: Estados Unidos sube el tono hostil contra Cuba. Y ya no es solo desde la Casa Blanca, sino que incluso pretenden utilizar las instalaciones de Naciones Unidas para denigrar al proyecto cubano.

En ese sucio empeño aparece la campaña Jailed for Whats, o Encarcelado por qué, promovida por el Departamento de Estado con pretendida sede en la sala del Consejo Económico y Social de la ONU.

Es una intención que viola la Carta de las Naciones, al tratar de involucrar a esa organización internacional en un acto contra un estado miembro.

Las salas de conferencias de la ONU tienen estrictas normas y solo pueden ser utilizadas para reuniones que estén en consonancia con los propósitos y principios de Naciones Unidas y además justificados por su pertinencia para la labor de la Organización.

Buscando una justificación

No es casual el hecho de que Estados Unidos apriete ahora su campaña retórica contra Cuba. Es que dentro de 15 días se discutirá en Naciones Unidas otro proyecto de resolución de condena al bloqueo y Washington necesita una justificación pública para seguir la hostilidad.

Resultaría risible si no fuera una cosa tan seria que ellos nos acusen de violar los derechos humanos. Ellos que tienen un patrón de sistemática violación, que han suscrito un mínimo de instrumentos internacionales en esa materia, y que como si fuera poco, cada vez que mandan a los marines o a los cohetes Crucero dejan un reguero de muertes de inocentes.

Qué no vengan a hablar de derechos humanos para justificar el bloqueo que es la más flagrante violación de esos derechos. No se puede predicar moral en calzoncillos.